Formas de cocinar los insectos para consumo humano
La cocina con insectos comestibles, también conocida como entomofagia, ofrece una amplia variedad de posibilidades en términos de preparación y presentación. Cocinar los insectos mejora la textura y el sabor además de hacerlos más fáciles para digerir. En muchas culturas y gastronomías, la cocción de alimentos es una práctica común y aceptada por lo que preparar los insectos antes de su ingesta puede facilitar la aceptación cultural y psicológica.
Se recomienda no comer nunca insectos crudos porque al igual que pasa con otros alimentos, los bichos pueden albergar microorganismos patógenos, como bacterias y parásitos que podrían transmitirse a los humanos. A continuación listaremos las diferentes técnicas de cocción más comunes en los insectos como alimento humano:
Tostados al horno
Los insectos, como grillos domésticos y saltamontes o langostas, pueden ser tostados en un horno para darles un sabor crujiente y dorado. Al tostar insectos en el horno lograremos el conocido crack al masticarlos y podremos hacer los típicos snacks para disfrutar a todas horas o acompañar otros platos más elaborados. Este método de cocción es uno de los más saludables ya que no incluyen grasas.
Asegúrate de que los insectos estén limpios eliminando patas y alas o cualquier resto de suciedad. Puedes enjuagarlos bajo agua corriente y secarlos con cuidado con papel de cocina. Agrega condimentos como sal, pimienta, o incluso especias más audaces para mejorar el sabor. Precalienta tu horno a una temperatura de alrededor de 180-200 grados Celsius. Extiende los insectos en una bandeja para hornear en una capa uniforme para evitar que estén amontonados y que se tuesten de manera uniforme. Aunque depende del tipo de insecto y su tamaño, generalmente será suficiente con hornear unos 10 minutos hasta alcanzar la textura crujiente y estar listos para ser usados en recetas con bichos. Asegúrate de no sobrecocinar para evitar que se vuelvan demasiado duros.
Cocidos en agua hirviendo
Cocinar insectos en agua hirviendo es otra técnica popular y sencilla para prepararlos de forma saludable antes de consumirlos. Al igual que con otros métodos de cocción, se deberá eliminar las patas y alas y limpiarlos con un chorro de agua antes de meterlos en la olla con agua en ebullición. El tiempo de cocción variará según el tipo y tamaño de los insectos pero en general, será suficiente cocinar los insectos durante unos 5 o 10 minutos. Después de cocinar, escurre los insectos y colócalos en un recipiente con agua fría o bajo un chorro de agua fría para detener la cocción. El sabor y la textura de los bichos cocinados en agua hervida será mucho más suave y esponjosa.
Fritos en aceite
Freír los insectos en aceite es una técnica popular que aporta una textura crujiente y un sabor más aceptado por todos. Aunque freír insectos puede empeorar su valor nutricional al añadir grasas, es una forma rápida y sabrosa de cocinarlos. Puedes hacerlo con insectos enteros o después de haber sido previamente cocidos para reducir el tiempo de fritura. Llena una sartén profunda o freidora con suficiente aceite para sumergir los insectos. Calienta el aceite a una temperatura de aproximadamente 180-190 grados y fríe los insectos hasta que estén dorados y crujientes. Esto generalmente toma alrededor de 2-3 minutos, dependiendo del tamaño y tipo de insectos. Utiliza una espumadera para retirar los insectos fritos del aceite. Colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Tempura de Insectos
La tempura es una técnica de fritura japonesa que utiliza una masa ligera y crujiente. Puedes aplicar esta técnica a los insectos para obtener un plato crujiente y sabroso. En un tazón, mezcla la harina para tempura o harina para todo uso con el huevo batido. Agrega agua muy fría poco a poco, revolviendo constantemente, hasta obtener una masa ligera y líquida. Puedes agregar hielo para mantener la temperatura baja. Calienta suficiente aceite vegetal en una sartén profunda o en una freidora a una temperatura de aproximadamente 180-190 grados Celsius. Sumerge los insectos recubiertos en la masa en el aceite caliente. Fríelos hasta que estén dorados y crujientes. Esto generalmente toma alrededor de 2-3 minutos, dependiendo del tamaño de los insectos. Sumerge los insectos recubiertos en la masa en el aceite caliente. Fríelos hasta que estén dorados y crujientes. Esto generalmente toma alrededor de 2-3 minutos, dependiendo del tamaño de los insectos. Retira los insectos fritos del aceite y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Después de seguir estos pasos obtendremos los insectos cocinados con una capa crujiente y deliciosa que puede ser acompañada con salsas para mojar.
Insectos al vapor
Cocinar insectos al vapor es otra opción saludable y sabrosa que resalta los sabores naturales de estos pequeños bocados. Esta técnica mantiene el sabor natural de los insectos mientras los cocina de manera uniforme. Llena la vaporera con agua hasta un nivel que no toque los insectos cuando estén en la rejilla. Dispón los insectos en una sola capa en la vaporera, asegurándote de no apilarlos demasiado para permitir una cocción uniforme. Coloca la vaporera sobre una olla con agua hirviendo o en el equipo de vapor que estés utilizando. Cocina los insectos al vapor durante unos 10 a 15 minutos. El tiempo de cocción puede variar según el tipo y tamaño de los insectos. Sirve los insectos al vapor como aperitivo o incorpóralos en platos más elaborados, como ensaladas, arroces, o incluso en guisos.