Peligros para la salud de comer insectos
La comida con insectos se está potenciando en todo el mundo por sus beneficios nutricionales para la salud y su sostenibilidad con el medio ambiente. Cada día nuevas personas y comunidades se introducen en la entomofagia y es normal que surjan cuestiones sobre su seguridad alimentaria. Al igual que sucede con otros tipos de alimentos, los insectos comestibles pueden tener ciertos peligros en las personas. Conseguir una fuente fiable de insectos, realizar una preparación adecuada y consultar nuestras alergias con especialistas pueden ahorrarnos una visita al médico. Ya sabemos una lista de insectos que los humanos no deberían comer por simple seguridad pero además, deberemos tener cierto cuidado con los insectos que se consideran seguros como los bichos legales en Europa:
Reacciones alérgicas
Comer insectos puede causar reacciones alérgicas en algunas personas, especialmente en aquellas que ya tienen alergias a otros alimentos o sustancias como al marisco, lácteos, frutos secos… Las reacciones alérgicas son una respuesta del sistema inmunológico del cuerpo ante una sustancia que el organismo percibe como extraña o dañina. Estas reacciones pueden ser leves, como picazón o enrojecimiento en la piel, o más graves, como anafilaxia, que puede poner en peligro la vida. Para reducir el riesgo de reacciones alérgicas a los insectos comestibles, es importante que las personas más sensibles consulten con un especialista o alergólogo antes de consumirlos. Otra opción sería comenzar comiendo una dosis muy pequeña para ver si tu cuerpo reacciona de alguna forma negativa.
Contaminación microbiana
La contaminación por microbios como bacterias, virus y hongos es un riesgo potencial al consumir cualquier tipo de alimento, incluidos los insectos comestibles. La contaminación puede ocurrir en cualquier momento, desde la producción o la cría de bichos comestibles, el procesamiento, el almacenamiento o el transporte de los insectos. Para reducir el riesgo de contaminación microbiana en los insectos comestibles es importante conocer la fuente u origen de procedencia para estar seguros de que se cultivan en condiciones higiénicas y controladas. Como pasa con otros alimentos, los insectos comestibles también tienen una fecha de caducidad y deben ser almacenados adecuadamente. Antes de consumir insectos, será importante cocinarlos completamente al menos a 70 grados Celsius durante unos 10 minutos para matar cualquier microorganismo.
Contaminación química
Los contaminantes químicos como pesticidas y metales pesados tipo plomo, cadmio y mercurio pueden ser tóxicos para los seres humanos y encontrarse en insectos comestibles criados sin control sanitario. Encontrar una fuente de confianza que pase los pertinentes controles y análisis será crucial para evitar este peligro para la salud de comer insectos. La exposición a estos contaminantes químicos puede causar efectos negativos a largo plazo en el cuerpo, como cáncer, enfermedades reproductivas y daño neurológico.
Enfermedades de transmisión alimentaria
Las enfermedades de transmisión alimentaria son causadas por la ingestión de alimentos, también insectos, contaminados por patógenos y parásitos. Los insectos comestibles pueden contener bacterias patógenas como Salmonela y Escherichia coli, así como virus y parásitos que pueden causar enfermedades en humanos. Si los insectos se recolectan de áreas contaminadas o se crían en condiciones insalubres, aumenta el riesgo de contaminación microbiana. Los insectos comestibles pueden ser portadores de enfermedades zoonóticas, es decir, enfermedades que se transmiten de los animales a los humanos como la enfermedad de Lyme.
Problemas digestivos e intoxicaciones
Los problemas digestivos, el malestar, la angustia y las intoxicaciones son comunes cuando probamos alimentos nuevos a los que nuestro estómago no está acostumbrado. En algunos casos, el consumo de insectos puede desencadenar síntomas gastrointestinales como diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y flatulencia. Esto puede ser causado por una serie de factores, como la presencia de toxinas producidas por los insectos o la contaminación bacteriana o fungica. Cuando se prueba un alimento nuevo por primera vez la respuesta individual será diferente en cada persona. Como con cualquier alimento nuevo, es recomendable comenzar con pequeñas porciones y observar la reacción del cuerpo antes de aumentar la ingesta.
Riesgos de asfixia
El riesgo de asfixia al comer insectos comestibles es muy bajo, ya que en general se comercializan y consumen en formas que no presentan un peligro de atragantamiento. Sin embargo, como con cualquier alimento pequeño, existe la posibilidad de que los insectos enteros o partes de ellos, como las patas o las alas, puedan atascarse en la garganta y causar asfixia. Por esta razón, es importante masticar bien los insectos y tomar pequeños bocados
Reacciones psicológicas de aversión
Por último, pero no menos importante, otro riesgo potencial asociado con el consumo de insectos comestibles son las reacciones psicológicas de aversión, repugnancia o asco en culturas donde no está aceptado socialmente. Algunas personas pueden sentir asco, arcadas o repulsión ante la idea de comer insectos por primera vez, lo que puede llevar a una reacción de rechazo automático y físico al intentar comerlos. Esta respuesta es completamente normal y puede ser difícil de superar para algunas personas.