Primera vez comiendo insectos, superando barreras y miedos
Siempre hay una primera vez para todo, incluso para introducir insectos en nuestra alimentación. Una mala primera experiencia puede determinar para siempre tu futuro y alejarte definitivamente de los insectos comestibles. No garantizamos que te vayan a gustar las recetas con insectos comestibles, pero creemos firmemente en que por lo menos deberías probarlos para decidir por tu mismo, sin prejuicios religiosos, culturales o personales. Sí, es posible que no disfrutes del sabor o textura de los insectos, y eso es completamente válido, pero también es posible que por no probarlos estés perdiendo un mundo lleno de sabores.
Mantén una mente abierta, sin prejuicios
Tener una mente abierta significa estar dispuesto a considerar nuevas ideas y experiencias, y en el caso de comer insectos, es necesaria tener esta capacidad para superar el asco que la cultura nos ha metido en la cabeza. Tener una mente abierta es importante al momento de comenzar el consumo de insectos como alimento. Puedes pensar como otros países comen insectos de forma diaria y todos los han utilizado como fuente de alimento durante siglos. La historia de los insectos comestibles nos demuestra con certeza que antepasados tuyos se alimentaron de ellos en algún momento.
Este proceso te ayudará en el futuro ya que estarás dispuesto a probar nuevos alimentos, explorar nuevas formas de nutrición, culturas y alimentos que antes detestabas como las verduras o el pescado. Aprende a superar prejuicios o tabúes culturales que te impiden acceder a una fuente valiosa de nutrientes. Si estás dispuesto a probar cosas nuevas y mantener una actitud positiva, es posible que te sorprendas y termines disfrutando del sabor y la textura que ofrecen los insectos.
Busca insectos comestibles apetecibles
Se empieza comiendo con los ojos, y sí, existen algunos insectos comestibles que pueden resultar más apetecibles que otros debido a simple apariencia o nuestros recuerdos personales. En términos de apariencia, es común que algunos insectos resulten más «asquerosos» o desagradables que otros debido a sus características físicas, como pasa con las tarántulas, por ejemplo. Aunque las arañas gigantes son consideradas un manjar en algunas culturas, lo cierto es que tienen una apariencia peluda y una forma distintiva que podría resultar desagradable para la mayoría de personas que quieren introducirse en los insectos comestibles.
Otros insectos también pueden parecernos asquerosos por temas culturales, aunque tengan una apariencia normal, como pasa con las cucarachas. Las cucas nos suelen resultar asquerosas a casi todos por su presencia en zonas sucias, contaminadas y llenas de residuos. Son plagas comunes en muchas partes del mundo y pueden tener una asociación negativa en la mente de las personas. Comenzar comiendo insectos de pequeños o utilizar solo los bichos más bellos y bonitos en nuestra cabeza como saltamontes, grillos, hormigas, langostas o chapulines siempre será la mejor opción.
Comienza con insectos pequeños
Puede ser recomendable comenzar con insectos pequeños si es la primera vez que se practica la entomofagia. Los insectos de menor tamaño, como las hormigas, sus huevos, los escamoles, o los grillos, pueden ser menos intimidantes y más fáciles de manejar mentalmente para aquellos que no estamos acostumbrados. Los bichos más pequeños suelen tener una textura más suave y menos fibrosa que los insectos más grandes, lo que puede hacer que sean más fáciles de masticar y tragar. Su presencia será más discreta en el plato evitando el rechazo natural a pegar el primer mordisco y sin tapar otros ingredientes menos repugnantes para nuestra mentalidad.
Acompaña los insectos con tus alimentos preferidos
La primera vez comiendo insectos se recomienda combinarlos con tus alimentos o ingredientes preferidos para hacer la experiencia más llevadera. Agregar insectos a tus comidas o gastronomías favoritas puede ayudar a suavizar el sabor o la textura nueva del insecto al estar acompañada de tu salsa o especia favorita. Será un buen momento, incluso, para mejorar tus recetas favoritas. Prueba añadir grillos a los macarrones bolognesa, espaguetis carbonara, para acompañar tu Chori Pan o en tu guiso de los domingos para experimentar nuevos sabores, texturas y alimentos probando insectos por primera vez. La combinación de insectos con otros alimentos también puede ayudar a aumentar la cantidad de proteínas y nutrientes en tu dieta.
Acude a buenos restaurantes o puestos de comida
Acudir a restaurantes de lujo que cocinen insectos o en puestos callejeros de comida que tengan renombre puede ser una excelente manera de probar los bichos por primera vez. Es recomendable encontrar a chefs o cocineros que tengan experiencia en la preparación adecuada y segura de los insectos. Es obvio que la forma de preparar, cocinar y sazonar los primeros insectos que nos comamos será lo que determine nuestro pensamiento y sensaciones con la nueva experiencia.
Además, comer insectos en un entorno social puede ser una experiencia más agradable y emocionante que hacerlo en solitario en casa ya que puedes compartir tus experiencias y opiniones con amigos o familiares, lo que puede hacer que la experiencia sea más agradable y divertida. Si aun así prefieres cocinar los primeros insectos comestibles por tu cuenta, debes asegurarte de hacerlo de manera segura, aprendiendo y leyendo la máxima información posible.
Mantén unas normas de seguridad
Ya que te has decidido y has llegado al punto de probar los insectos por primera vez, asegúrate de hacerlo con seguridad para que la experiencia sea buena y no te aleje para siempre de la entomofagia. Lo primero será estar seguros de comprar insectos comestibles en proveedores confiables que se dediquen a la cría de insectos para consumo humano. Esto te garantizará que los insectos que consumes sean seguros y estén libres de pesticidas o contaminantes.
Para cuidarnos de enfermedades y malestar, es importante cocinar los insectos adecuadamente antes de consumirlos. También es muy importante el considerar tus alergias alimentarias. Algunas personas pueden ser alérgicas a los insectos comestibles, sobre todo los que tenemos antecedentes de alergia al marisco. Lo ideal será probar pequeñas cantidades si es tu primera vez comiendo insectos para ver cómo reacciona tu cuerpo.