Aporte nutricional de los insectos comestibles
El aporte nutricional de los insectos comestibles puede variar dependiendo de la especie de insecto y de cómo se preparen para el consumo. En el mundo existen 5 millones de especies de insectos diferentes, que conozcamos. Unos tendrán más fibra, otros más proteína y otros más grasos como pasa con otros ingredientes. La mayoría de insectos comestibles tiene un potencial nutricional rico muy interesante que producen beneficios en la salud. Esto ha sido demostrado en diversos estudios científicos. En general, son un aporte rico de proteínas, fibras, minerales y vitaminas con pocos carbohidratos y grasas malas como sucede con otras carnes:
Proteínas
Muchos insectos son conocidos por ser una auténtica fuente interminable de proteínas y aminoácidos sostenibles con el planeta y el medio ambiente. Algunos tipos de grillos, escarabajos o saltamontes pueden llegan a tener hasta un 60-70% de proteína en el total de su peso seco. La proteína es fundamental en la nutrición humana. Nos aporta energía, mantiene la salud celular y ayuda en la reparación de los músculos después de ejercicios o deportes de alta intensidad.
La calidad de la proteína de los insectos también se ha comparado favorablemente con la carne de animales tradicionales, como el pollo o el cerdo puesto que contienen menos grasa y colesterol. Lo que significa que contienen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para construir y mantener músculos, huesos, piel y otros tejidos. Tal es el nivel proteico de los insectos que pueden estar recomendados para deportistas de élite y musculación.
Ácidos grasos esenciales
Los ácidos grasos esenciales son un tipo de grasa que nuestro cuerpo necesita pero que no puede producir por sí solo. Obtener ácidos grasos a partir de la dieta es fundamental y las recetas con insectos comestibles son ricos en ellos. Hay dos tipos de ácidos grasos esenciales: ácido linoleico (omega-6) y ácido alfa-linolénico (omega-3). Los insectos comestibles pueden ser una buena fuente de ácidos grasos esenciales como los gusanos de la harina (Tenebrio molitor) o las larvas de la mosca soldado negra (Hermetia illucens). Los ácidos grasos de los insectos promueven la salud de nuestra piel, mejora el estado del cerebro, nos ayudan a tratar inflamaciones y reducen el riesgo de enfermedades del corazón.
Vitaminas
Comer insectos también es una fuente de muchas clases de vitaminas como la B12, B2, B3, B5, B6, A… Cada especie y tipo de insecto aportará una u otra vitamina que será necesaria para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Las vitaminas son nutrientes esenciales con funciones específicas y una deficiencia de vitaminas puede llevar a problemas de salud. Desde formar glóbulos rojos, mantener tejidos de la piel, los ojos, la síntesis del colesterol o como antioxidante, las vitaminas son necesarias para muchas funciones y los insectos son una fuente sostenible de todas ellas.
Minerales
Los minerales son nutrientes esenciales que el cuerpo humano necesita en pequeñas cantidades para funcionar correctamente. A diferencia de las vitaminas y otros nutrientes, los minerales son sustancias inorgánicas, lo que significa que no son producidos por los seres vivos y se encuentran en la naturaleza en forma de rocas, minerales y otros compuestos no vivos. Los insectos comestibles también son ricos en minerales que el cuerpo necesita adquiridos de su hábitat y alimentación. Hierro, Calcio, Zinc, Magnesio, Selenio… estas sustancias nos ayudan a mantener la salud ósea, a fabricar glóbulos rojos, mantener el sistema nervioso..
Fibras dietéticas
Las fibras son una forma de carbohidratos que el cuerpo humano no puede digerir completamente ya que no se descomponen en azúcares simples en el intestino delgado, sino que pasan intactas al colon, donde son fermentadas por las bacterias intestinales. Las fibras tienen varios beneficios para la salud por el hecho de que ayudan a regular el tránsito intestinal, prevenir el estreñimiento, aumentan el volumen de las heces y las ablandan, reducen el colesterol y mantienen los niveles de glucemia estables. Los insectos comestibles como los grillos domésticos y saltamontes o locustas pueden ser una fuente rica en fibra en forma de quitina para nuestra dieta diaria.
Bajos carbohidratos y grasas malas
Es cierto que muchos insectos comestibles tienen bajos niveles de carbohidratos y grasas malas o saturadas en comparación con las carnes convencionales. La mayoría de especies también tienden a tener bajos niveles de carbohidratos, especialmente cuando se comparan con fuentes conocidas como el pan, el arroz y las patatas. Los carbohidratos son una fuente interminable de energía pero su abuso puede provocar un aumento de peso. Reducir los carbohidratos gracias a comer insectos podría ayudar a adelgazar.
Antioxidantes y péptidos bioactivos
Muchos insectos aportan antioxidantes y péptidos bioactivos al organismo cuando los consumimos en la dieta diaria. Los antioxidantes ayudan a prevenir el daño celular, minimizar las consecuencias del envejecimiento y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Por otro lado, están los péptidos bioactivos pueden tener propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y anticancerígenas que ayudan a mejorar la presión arterial y mejorar la función inmunológica. Son tan importantes estas características que incluso usamos los insectos en la industria médica y farmacéutica.