¿Es ético comer insectos? ¿Pueden sufrir dolor o estrés?
La cuestión de si es ético o no comer insectos es un tema controvertido que ha sido objeto de debate durante mucho tiempo por diferentes asociaciones. Desde una perspectiva moral, hay varios puntos de vista que se deben considerar sobre la entomofagia o comer insectos, como por ejemplo: ¿Pueden los insectos sufrir dolor físico? ¿Y estrés mental? ¿A qué nivel pueden experimentarlo? ¿Es mayor o menor que los animales vertebrados? ¿Qué dice la ciencia? ¿Y las asociaciones de derechos pro-animal? ¿Y los veganos o vegetarianos? ¿O las religiones? Muchas preguntas de un tema complejo que trataremos de aclarar en este artículo sobre la moralidad de comer insectos.
Lo que está claro es que hay dos grupos de personas. Las que argumentan que los insectos son seres vivos y por lo tanto merecen respeto y consideración. Y los que sostienen que comer insectos es ético porque es una práctica común en muchas culturas en todo el mundo. Mucha gente defiende los beneficios de consumir insectos en la salud, y también las ventajas en la naturaleza ya que podría ayudar a reducir la huella ambiental de la producción de alimentos para humanos, mascotas y otros animales. En cualquier caso, es importante tener en cuenta los métodos utilizados para matarlos y prepararlos para el consumo humano. Habrá que considerar la calidad de vida de los insectos en las granjas, ya no solo por ellos sino por nosotros y evitar así enfermedades.
¿Pueden los insectos sufrir dolor físico?
Sabemos que puede ser controversial, pero lo cierto es que está demostrado que los insectos sufren dolor. Aunque tienen sistemas nerviosos menos complejos que los vertebrados, siguen siendo bastante sofisticados y con la misma función. El sistema nervioso de los insectos también juega un papel importante en su capacidad para experimentar dolor y sufrimiento. Los insectos son capaces de responder a estímulos aversivos. Esto sugiere que pueden experimentar dolor de alguna forma y que tienen receptores de dolor con sus mecanismos de respuesta correspondiente.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el dolor y la sensación de malestar son experiencias subjetivas. No podemos estar seguros de si los insectos experimentan estas sensaciones de la misma manera que lo hacen los vertebrados o incluso nosotros mismos. A día de hoy, y a pesar de todos los estudios y experimentos científicos, el dolor en los insectos comestibles sigue siendo objeto de debate en la comunidad científica.
¿Qué dice la ciencia sobre el dolor en los bichos?
Algunos estudios científicos sobre los insectos comestibles han demostrado que pueden mostrar respuestas defensivas. Sobre todo, cuando se les aplica estímulos dolorosos o irritantes, lo que sugiere que pueden sentir algún tipo de malestar físico. En este sentido existe por ejemplo, el estudio «Pain-like responses in the beetle, Scarabaeus satyrus» en la revista científica «Proceedings of the Royal Society B» del año 2019, realizado por investigadores de la Universidad de Queensland en Australia.
En este estudio, los científicos probaron la respuesta de los escarabajos del estiércol (Scarabaeus satyrus) a diferentes estímulos dolorosos. Se midieron la respuesta de los escarabajos a estos estímulos en términos de la velocidad y la duración de sus movimientos defensivos, como levantar las patas o cambiar de dirección.
Los resultados del estudio indicaron que los escarabajos respondieron a los estímulos dolorosos de manera similar a como lo harían el resto de animales. Fueron capaces de mostrar una respuesta defensiva significativa cuando se les aplicó una sustancia irritante en la piel, levantando rápidamente las patas y tratando de limpiarlas con urgencia. También respondieron a la aplicación de presión en partes sensibles del cuerpo, moviendo rápidamente las patas o alejándose del estímulo.
Otro estudio que demuestra que los insectos pueden sufrir dolor es «Nociceptive Sensitization Reduces Predatory Risk in a Desert-Dwelling Social Spider» publicado en la revista científica «Current Biology» en 2019. Los investigadores probaron la respuesta de las langostas del desierto a diferentes estímulos dolorosos, pruebas similares al del estudio similar y con idénticos resultados. También estudiaron la actividad de los receptores de dolor en las antenas y las patas de las langostas. Descubrieron que esta especie de saltamontes tiene un receptor de dolor llamado NaV1.7 que es similar al de los vertebrados.
¿Pueden los insectos sufrir estrés y ansiedad?
También se ha demostrado la capacidad de los insectos para experimentar dolor mental, como el sufrimiento emocional o psicológica. Existe evidencia científica de que algunos insectos pueden experimentar emociones y estados de ánimo negativos. De todas formas, necesitamos más investigaciones para comprender completamente la complejidad de la vida emocional de los insectos. También sabemos que los insectos pueden experimentar estrés ante estímulos ambientales desafiantes. El estrés se deja notar frente a la presencia de un depredador, la falta de alimento o la exposición a productos químicos tóxicos. Es fácil de demostrar y de observar en la naturaleza, como por ejemplo en la inactividad, la apatía, la falta de apetito y la reducción en la tasa de reproducción en las épocas de temperaturas bajas o baja cantidad de alimento a disposición.
¿Qué dice la ciencia del estado emocional de los insectos?
Existen numerosos estudios científicos con insectos y otros invertebrados de pequeño tamaño que sugieren la existencia de dolor emocional en situaciones adversas. Por ejemplo, el estudio «Stress response in cockroaches» publicado en la revista Animal Behaviour en 2014 y llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Padua en Italia, encontró que las cucarachas expuestas a una situación de competencia social experimentaron un aumento en sus niveles de cortisol, una hormona conocida por ser liberada por el organismo en respuesta al estrés.
En el estudio, los investigadores expusieron a cucarachas colocándolas en grupos de 4 individuos en un recipiente con una cantidad limitada de comida. Los resultados mostraron que las cucarachas expuestas a esta situación experimentaron un aumento significativo en los niveles de cortisol en comparación con las cucarachas mantenidas en aislamiento. También señala que el estrés puede afectar la fisiología y el comportamiento de las cucarachas, lo que puede tener consecuencias en su bienestar. Cabe destacar que el estrés y los problemas emocionales son subjetivos y más aún entre diferentes especies.
Puntos moralmente positivos de comer insectos
- Los insectos son una fuente sostenible de alimento, su producción requiere menos recursos que la de carne convencional, lo que hace que sea una opción más respetable desde el punto de vista ambiental.
- La cría industrial insectos comestibles no necesita de antibióticos ni hormonas a diferencia de la producción de otros tipos de carne.
- Los insectos tienen una huella de carbono más baja en comparación con la industria ganadera. Los insectos apenas generan CO2, metano y otros gases invernaderos como pasa con los animales rumiantes como las vacas.
- La cría de insectos puede reducir la deforestación y proteger espacios naturales, ya requiere de menos espacio que la cría de animales o las tierras de cultivo agrícola.
- No está tan claro que los insectos tengan emociones o conciencia. Lo que parece seguro es su capacidad de sentir menos dolor o emociones más simples a como lo hacen los mamíferos.
- La cría de insectos puede ayudar a alimentar a una población mundial en crecimiento. Incluso podrían ayudar a paliar el hambre y la desnutrición en los países más afectados.
- La cría y comercialización de insectos comestibles reducirá la producción de carne animal. Y no solo para las personas, sino también para mascotas y otros animales.
- Los insectos comestibles pueden ayudar a preservar la biodiversidad en la naturaleza al reducir la presión sobre otras especies animales.
- Los insectos son una opción de comida culturalmente aceptable en muchas regiones, ya que son una fuente de alimento tradicional con siglos de tradición.
Puntos moralmente negativos de comer insectos
- Los insectos pueden ser considerados animales que merecen el mismo respeto y consideración en los ojos de muchas personas y asociaciones animalistas, por lo tanto, comerlos puede ser visto como poco ético.
- Los insectos pueden ser portadores de enfermedades y patógenos, lo que puede representar un riesgo para la salud humana en forma de epidemias.
- Algunas especies de insectos pueden contener toxinas o venenos que pueden ser peligrosos para los humanos si se consumen.
- Los insectos pueden estar contaminados por pesticidas y otros productos químicos. Lo mismo que sucede en la agricultura industrial, lo que puede ser peligroso para los humanos y su salud.
- Cuando los insectos son recolectados de manera insostenible y con un impacto negativo en la naturaleza y el medio ambiente, también sería considerado una práctica inmoral.
- Los insectos pueden ser criados en condiciones inhumanas, al igual que sucede con otros animales, las condiciones de vida y recolección puede ser considerada poco ética.
- En nuestra cultura los insectos son un recordatorio de plagas y suciedad, lo que puede hacer que comerlos sea poco atractivo o poco ético.
- Los insectos pueden ser vistos como seres vivos que merecen una vida libre de sufrimiento sin ser explotados al servicio del humano, al igual que pasa con otros animales.
- Comer insectos está prohibido en algunas religiones. Lo consideran una violación de las normas culturales en algunas regiones por inapropiado o poco ético debido a las normas y creencias alimentarias.
- Comer insectos puede ser considerado una falta de respeto hacia los muertos en algunas culturas. Esto es debido a que algunas especies de insectos se alimentan de carne humana en descomposición.
- Comer insectos puede ser considerado una falta de higiene o de pobreza y poco dinero. Una práctica poco saludable que puede hacer que comerlos no sea nada ético.